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Por Eduardo Villegas

Un espíritu diferente – parte 1

“Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.”Números 14:24
Caleb, junto a Josué y otros diez príncipes de Israel, había espiado la Tierra Prometida. Al regreso, a pesar de que sus enemigos eran físicamente gigantes, los dos primeros trajeron un reporte lleno de fe y optimismo, diciendo: “no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis” (verso 9), pero desafortunadamente los otros diez príncipes ya habían hecho “… desfallecer el corazón del pueblo” (Josué 14:8), diciendo que sería imposible. “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!” (Versos 1-2) No es una buena costumbre hablar así porque podemos obtener lo que declaramos…
Dios se agradó de Caleb “por cuanto hubo en él otro espíritu.” La amenaza era grande pero la oportunidad mayor. ¿Qué dejaban atrás? ¿El paraíso? ¡No, la esclavitud! pero el pánico de avanzar les hacía ver como grata la pesadilla de la que Dios los liberaba. Así opera el miedo, nos empuja irracionalmente hacia donde estábamos, fascinados con la ilusión de que no movernos será más seguro que avanzar pero, ¿deja de girar la tierra cuando te encierras en tu cueva? El temor es como el cangrejo y no hay nada más peligroso que caminar en reversa porque nuestros ojos apuntan al frente al igual que nuestros pies. !Fuimos creados para avanzar! Del mismo modo que las piernas son para caminar y los escalones para subirse, nuestras pruebas tienen un único fin: superarse. Y Dios las hace a nuestra medida. Pablo dice que no hemos recibido espíritu de esclavitud para estar en temor (Romanos 8:15) así que necesitamos renovar nuestro espíritu, y que esa mentalidad de Caleb saque de nuestra alma toda atadura de esclavitud y fracaso, de temor y parálisis. Necesitamos creer por más, vivir por más, esforzarnos más; hay salida, hay solución pero solo para quien que osa buscarla.
Efesios 4:23 “y renovaos en el espíritu de vuestra mente.”

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“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3 Juan 1:2
Bíblicamente nuestra alma incluye: nuestros pensamientos (paradigmas, intelecto), nuestros sentimientos (buenos y malos) y nuestra voluntad (deseos). Si bien, este es el apóstol Juan escribiéndole a su querido discípulo Gayo, es una metáfora del amor de Dios por nosotros. Él quiere que seamos prosperados en todo (no solo en una o dos áreas aisladas) y que tengamos salud, “así como” prospera nuestra alma. Este “así como” significa en la medida de, de la misma manera que o según lo permita, tu alma.
Del mismo modo que un río no puede transportar más agua de la que cabe en su cauce porque si lo hace, se desborda, tú y yo tampoco podemos prosperar más allá de lo que “cabe” en nuestra alma. Si llega más dinero, más éxito o mayor poder de aquel para el que estamos listos (más del que podemos “transportar”), entonces nos desbordamos (en arrogancia, orgullo, desorden, vanagloria, etc.) con todas sus consecuencias. Así como el río nace en las alturas y riega toda la tierra, produciendo vida hasta fundirse con el mar, busca primero en las alturas la Presencia de Dios, Su Palabra para tu vida, Su bendición y complacencia, y entonces ve y riega la tierra, produciendo vida. No pidas más riquezas si lo que quieres hacer es una represa porque, en un estanque sin corriente, el agua se vuelve lodo y se pudre, no sirve para riego y los peces mueren. Pero si quieres prosperidad divina, integral, completa, pídele a Dios que ensanche el cauce de tu alma para que tengan sentido tu vida y todo aquello que de Él recibes. Pídele que te dé madurez para cultivar tu matrimonio, sabiduría para instruir a tus hijos, inteligencia para trabajar con excelencia, liderazgo para guiar tu ministerio, protección para los tuyos, gracia delante de tus superiores y discípulos, mayordomía para administrar tus recursos económicos, cualesquiera que sean y, sobre todas las cosas, pídele más de Su Presencia, más de Su amor en tu vida, más de Su revelación, de Su consejo, de Su amistad; solo así tendrás salud y un alma ensanchada para prosperar y hacer prosperar Su Reino en la tierra.
“Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:10-11

“Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.” Salmos 62:5
David le habla a su propia alma (sentimientos, pensamientos y voluntad) y le instruye (se ordena a sí mismo) que únicamente repose (tenga paz, confíe, descanse) en Dios. El rey adoraba al Señor mientras entrenaba su propia actitud y se formaba en la Verdad. Ya sea que se encontrase en medio de la dificultad o del éxito, entre múltiples amenazas de muerte o con la profunda admiración de todo su pueblo, en la fría dureza de una cueva (huyendo de Saúl) o en la sobreabundante riqueza de su palacio, este hombre increíble no reposaba sobre sus valientes y leales guerreros, sobre sus lingotes de oro ni sobre sus muchas cualidades y sabiduría (1 Samuel 16:18), no, David entendía que su vida, al igual que la tuya y la mía, están en las manos del único Dios y que solo en Él podemos descansar, que solo Él es la fuente de nuestra esperanza; de hecho que Él, el autor de la fe (Hebreos 12:2), es el dueño de ella.
¿En quién reposa tu alma? ¿En tu status o cuenta bancaria? Y ¿de quién es tu esperanza? ¿De tu médico, tu empleador o negocio? No me malinterpretes, una jugosa cuenta bancaria, tus negocios y un excelente médico son grandes bendiciones; es bueno tenerlos y valorarlos pero, según David, no es bueno que reposes en ellos ni que pongas solo allí tu esperanza. Solo Dios debe ser tu reposo y tu esperanza. Sin Dios, tu cuenta bancaria y tu próspero negocio pueden causar solo disputas, y ese eminente médico puede convertirse en quien te sentencia a muerte porque desconoce la cura para tu mal. Pero con Dios, ese negocio y prosperidad son para traer Su Reino y bendecirte más, y esa enfermedad puede culminar en que Él sea exaltado cuando tú seas sanado. Esfuérzate, apóyate en otros, planifica y protégete, a ti y a los tuyos, pero reposa solamente en Dios, y que solo de Él sea tu esperanza…
“Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.” Salmos 127:1

“Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que [Él] os dijere.Juan 2:3-4
En medio de una de las más hermosas celebraciones del pueblo judío, una fiesta de bodas (unión), el vino (símbolo de gozo y alegría) se acabó. No sabemos si fue que el padre de la novia calculó mal, si llegaron algunos “colados” o si simplemente bebieron más de lo estimado, pero la fiesta estaba a punto de terminar. María sabía a quien recurrir: “no tienen vino” (verso 4b) le susurró al oído. El vino en la Biblia representa fructificación y gozo, la sana plenitud que solo te puede dar el Espíritu Santo. Por eso la respuesta de Jesús se puede parafrasear como: “¿Cómo que no tienen vino? ¿Acaso no estoy aquí? Yo Soy su gozo y aún no ha llegado mi hora.”
¿Quieres tener tú también ese gozo? María nos da la clave: 1) Servir (“Su madre dijo a los que servían”) y 2) Obedecer Su Palabra (“Haced todo lo que os dijere”). Vemos luego que, cuando Jesús les dijo a estos hombres (que no eran sus discípulos) que llenaran seis grandes tinajas de agua, ellos: “las llenaron hasta arriba” (verso 7), y cuando les instruyó que se lo llevaran al jefe de meseros, ellos “se lo llevaron” (verso 8). Estos servidores no dijeron: “bueno, si se acabó el vino, se acabó la fiesta, que nos paguen porque ya cumplimos” ni tampoco: “que injusto, ahora tendremos que trabajar más repartiendo otras seis tinajas,” no. A pesar del cansancio, de la rutina y de las molestias de algunos invitados impertinentes, ellos obedecieron de inmediato cada instrucción, y entonces fueron testigos centrales de un increíble milagro que sin duda marcó sus vidas. Si queremos ver prodigios y ser testigos del poder de Dios, debemos servirlo y obedecerlo, sin excusas ni postergaciones. Si Jesús es el Señor en tu vida, ámale con todo tu ser, sirviendo en Su Reino y guardando Su Palabra, solo así podrá el cumplir Su maravilloso deseo de traer los Cielos a la Tierra (venga Tú Reino) y hacer morada en ti:
“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” Juan 14:23









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…sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Deuteronomio 8:3, Mateo 4:4)


Así como tu cuerpo no sobrevive sin alimento físico, tu alma y tu espíritu se debilitan hasta morir sin la Palabra de Dios. Podemos tener un físico fuerte y mucho bienestar material mientras nuestra alma sufre de raquitismo y nuestro espíritu yace ignorado y moribundo. No podemos saciar con lo natural nuestra hambre espiritual. Nutre tu cuerpo pero no olvides que tú eres mucho más de lo que ves en el espejo…


Para Vivir es un espacio para reflexionar, una breve pausa para meditar y mantener el foco, la perspectiva de lo real y relevante. Alguien dijo que lo más importante no debe depender de lo menos importante. Hoy en día disponemos de mucha tecnología pero poca sabiduría; usemos entonces la primera para tratar de incrementar la segunda. Para Vivir es otra manera de mantenernos conectados a la Fuente de todo bien según lo describen las Sagradas Escrituras.


En medio de nuestras ocupadas agendas no debemos dejar de lado lo único realmente importante: Dios.


“Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.” Lucas 10:41-42


La foto de superior representa nuestra vida con Dios. A veces no sabemos hacia adonde nos lleva ese desvío pero si sabemos que lo único seguro es seguir buscando hacia arriba, solo desde allí veremos el cuadro completo y entenderemos Su plan…





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“Si el mundo os aborrece, sabed quea mí me ha aborrecido antes que a vosotros.” Juan 15:18


Siempre he admirado a los buenos guitarristas y recuerdo que hace algunas décadas, los “metaleros”comenzaron a arrojarse al piso mientras ejecutaban solos virtuosísimos. Recientemente vi en televisión a una banda cuyo guitarrista también se arrojó al piso con aún mayor fuerza y agresividad… solo que ¡casi no sabía tocar! Vivimos en un mundo donde lo esencial es llamar la atención, atraer, impresionar…. Lo primordial no es el fondo sino la forma, no lo que haces sino cómo lo haces. Lo que pareces ser importa más que lo que realmente eres. Pero cuando Isaías describe a Jesús, dice que“no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.”(Isaías 53:2b) Jesús cambió completamente la atmósfera espiritual del planeta y la historia de la humanidad, para siempre, pero no lo hizo con efectos especiales sino con humildad; no con mañosa astucia sino con sabiduría; no con estrategias ni propaganda sino con poder y santidad; no como el presidente de una poderosa nación ni como un multimillonario, sino como simple carpintero... Y claro, ¡muchos le aborrecieron!


Jesucristo llama a Satanás el príncipe de este mundo (Juan 12:31, 16:11) y dice además que ni Él ni sus seguidores somos de este mundo (Juan 17:16), de modo quesi nadie te aborrece, evalúa tu caminar porque quizás estés encajando demasiado bien en este mundo (del griego Kósmos = sistema de cosas). Del mismo modo que tú y yo queremos que nuestros hijos sean firmes y genuinos, y que no sean influenciados al mal por sus compañeros de estudio o amigos, Dios quiere que seamos fieles a Él y que no estemos tan preocupados por lo externo. Si muchos aborrecieron a Jesús que era la Plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9), ¿por qué debe extrañarnos que también algunos aborrezcan a quienes pretendemos seguirlo? No te afanes ni entristezcas, un poco de aborrecimiento puede ser un buen síntoma, quizás signifique que eres fiel al Padre y a tus convicciones, un creyente genuino. Por eso el apóstol lo advirtió desde hace casi veinte siglos:


“Hermanos míos,no os extrañéis si el mundo os aborrece.” 1 Juan 3:13